La incorporación de la perspectiva de género al análisis de la pobreza ha permitido hacer evidentes que las mujeres, en función de su sexo, son más vulnerables a la pobreza. Sin embargo los contextos de pobreza no son homogéneos y hay variados matices que es preciso reconocer cuando se pretende erradicar la pobreza. El enfrentamiento de la maternidad en la adolescencia ofrece claras diferencias al interior de una villa de emergencia entre las mujeres que fueron socializadas en la villa y las mujeres migrantes que residían en la misma en cuanto a la socialización de género.